Hoy llovio y no me extraña que llueva en enero, de hecho pienso que si en otros lugares neva aquí lo menos que puede suceder es presisamente que llueva. Lo rescatable del asunto es que mientras llovia los rayos del sol se colaban entre las nubes dando una sensación de tranquilidad… algo que en esta ciudad es raro. Una avenida vacia. Cientos de gotas dejandose caer. Parecia que por un momento todo (el sol, la lluvia, los pocos autos que circulaban, el disco de ayer e incluso el sueño que no me deja) tuviera sentido. Con la lluvia llego el granizo y también una ambulancia. Y también yo llegue al lugar dónde tenía que recogerla. Y justo en el momento en que el mundo parecia colapsarse (de un momento a otro todo cambia y todo gira) el arcoiris aparecio recordando una promesa olvidada. No quedo mas que abrazarnos y contemplar… no quedo mas que bajar la voz casi a murmullos y dejar escapar un suspiro.
asi como Lo cuentas… parece impresionante!!! debio ser.
Que lindo suena mi coquis, veremos esas fotos en ¿fotos de lo inmediato?
A mi me gustó la redacción de este post 🙂
si fuè rica la lluvia del domingo, yo estaba en un cafè de la codesa ….. realmente fuè rico rico muy rico
Ahí quédate, ahí… no te mueves, no digas nada, ni una mueca… ahí quédate.
…congelar ese momento en la memoria…las promesas son como vasos de vidrio…aveces se rompen facilmente.
y yo que no me di cuenta de esa lluvia… saludos
kuero, no fue eL úLtimo, que ya no vas a escribir más????